No todo se compra.

No todo es material. No todo es oro lo que reluce. No el que más tiene es el más feliz. No por tener más cosas materiales eso te hará mucho mejor. No te dejes influenciar por las apariencias, estas son muy engañosas.

Prefiero tener a personas que me quieran de verdad a mi lado, aunque sean tres o cuatro, personas que me respeten, que me escuchen, que me quieran tanto en las buenas como en las malas, gente que no se deje llevar por lo que dicen otros acerca de mí ya que sin conocerme comienzan a juzgar. No quiero gente falsa a mi lado, quiero gente como yo, sencilla pero que cuando quiere y tiene que darlo todo por alguien lo da y lo da pase lo que pase. 

El amor verdadero no se compra. Tampoco unos amigos verdaderos. Y menos una gran familia. No cambiaría estas tres cosas ni por todo el dinero del mundo que me diesen. Este puede que me haga feliz, no lo niego, pero esa felicidad a la larga se esfumará, no tendré con quien compartirlo, me sentiré sola mientras que la gente que realmente está ahí para ti lo estará hoy, mañana y siempre, sobre todo tu familia. 

Déjame decirte que... mi familia es el mayor regalo que tengo. Solo con ellos me basta y me sobra. No necesito nada más. Y es que acordaros que vuestra familia nunca os juzgará y siempre os va a dar su brazo cuando estéis al borde del precipicio.